¡Saludos, entusiastas viajeros y amantes de la exploración! Hoy compartiré mi emocionante travesía desde el sur de Argentina hasta la pintoresca provincia de Jujuy. Como siempre, la misión es clara: explorar, disfrutar y, por supuesto, viajar ahorrando.
Día 1: Rumbo al Norte Mi aventura comenzó en Bariloche, en el sur de Argentina. Desde aquí, tomé un vuelo hacia el Aeropuerto Internacional de Salta. Aunque la elección de un vuelo puede parecer costosa, planificar con anticipación y buscar ofertas especiales puede hacer que este paso sea más accesible.
Desde el Aeropuerto de Salta, emprendí mi camino hacia Jujuy utilizando el transporte terrestre. Opté por un viaje en bus, una opción económica y cómoda que me permitió apreciar el cambio gradual en el paisaje, desde las montañas del noroeste argentino hasta los cerros y selvas subtropicales de Jujuy.
Día 2: En el Corazón de Jujuy Llegando a la capital de Jujuy, San Salvador de Jujuy, me recibió un cálido sol y una brisa fresca de montaña. Mi elección de alojamiento fue un hostal económico pero acogedor en el centro de la ciudad, lo que me permitió ahorrar dinero para las experiencias que vendrían después.
Mi primera parada fue el mercado local, conocido como “Mercado de Concentración”, donde los colores y sabores de la región me conquistaron. Probé empanadas salteñas, tamales y humitas, una verdadera explosión de sabor que no afectó mi presupuesto de viaje.
Día 3: Explorando las Maravillas Naturales Mi segundo día en Jujuy estuvo lleno de exploración natural. Tomé un bus hacia Purmamarca, un pintoresco pueblo con calles empedradas y el famoso Cerro de los Siete Colores. La paleta de colores de las montañas que se extiende frente a mis ojos es simplemente impresionante.
Luego, continué hacia Tilcara, donde la garganta del diablo y el Pucará de Tilcara son paradas obligatorias para cualquier amante de la historia y la arqueología. En el camino, probé las deliciosas empanadas jujeñas y humitas en un puesto local, una experiencia que no solo llenó mi estómago, sino también mi alma viajera.
Día 4: La Maravilla de Humahuaca Mi próximo destino fue Humahuaca, un lugar lleno de historia y belleza. El paisaje aquí es impresionante, y exploré sus calles y mercados con asombro. El Monumento a los Héroes de la Independencia es un recordatorio de la rica historia de la región.
Día 5: Las Salinas Grandes y Regreso a Jujuy Mi siguiente destino fue las impresionantes Salinas Grandes. Tomé otro bus que me llevó a este vasto desierto blanco, un lugar que parece sacado de otro mundo. Caminar sobre la superficie salina y sentir la inmensidad del lugar es una experiencia que no tiene precio.
Después de un día lleno de maravillas naturales, regresé a San Salvador de Jujuy para disfrutar de una cena en un restaurante local. La humilde y deliciosa comida regional, como el locro o la carne de llama, me recordó por qué viajar ahorrando no significa perderse las joyas culinarias de un lugar.
Día 6: Reflexiones y Despedida Mi último día en Jujuy fue una mezcla de reflexión y despedida. Caminé por las calles de San Salvador de Jujuy, disfrutando de su arquitectura colonial y la amabilidad de su gente. Me detuve en una tienda local para comprar algunas artesanías como recuerdos de mi viaje y para apoyar a la comunidad.
Y así, mi exploración de Jujuy llega a su fin. Este viaje demostró una vez más que es posible descubrir lugares asombrosos y disfrutar de experiencias auténticas sin gastar una fortuna. Desde los colores de la Quebrada de Humahuaca hasta la inmensidad de las Salinas Grandes, Jujuy se ha convertido en un capítulo inolvidable en mi bitácora de viaje. Hasta la próxima aventura, viajeros. ¡Que sigan explorando y ahorrando!
